Qué hago si me voy de vacaciones… y pasa

Qué hago si me voy de vacaciones… y pasa

Qué hago si me voy de vacaciones… y pasa.

Es la “ley de Murphy”: si algo puede pasar… Pasará en vacaciones. No tenemos claro si es porque bajamos la guardia o porque el destino se lo pasa bien jugueteando con nuestra suerte, el caso es que cualquier incidencia con la salud en vacaciones se lleva mucho mejor si estamos preparados y sabemos cómo reaccionar para que tenga las mínimas consecuencias. 

Vamos a repasar algunos de los “incidentes” más comunes para que tengas “la receta” bien fresca en tu mente y a mano, cuando más lo necesites:

Contagio COVID

Ya lo sabemos todos, la séptima ola es protagonista en esta temporada de verano, y si eres uno de los pocos que se ha escapado del contagio, enhorabuena, pero no bajes la guardia, mantén medidas de protección básicas y, sobre todo, la responsabilidad. 

Y, si finalmente te contagias, recuerda que hay algunos cuidados fundamentales que se llevan aplicando toda la vida y que no debemos olvidar: descanso y reposo, minimizar las actividades, vigilar la alimentación y darle todos los recursos posibles al cuerpo para favorecer su recuperación. También es muy importante escuchar sus necesidades y pensar en cómo nos encontramos y no solo en los resultados del test o el número de días que llevamos contabilizados.

Y otro punto muy fundamental, piensa en los demás. Sabemos que es una faena limitar actividades en vacaciones, y que además puede que tú te encuentres bien, que apenas notes los síntomas, y que la normativa ya no te exige confinamiento, pero asegúrate de llevar mascarilla (en verano se hacen más llevaderas las mascarillas quirúrgicas, puedes reservar las FPP2 para las situaciones más delicadas) extremar la higiene de manos y minimizar los contactos, especialmente con personas vulnerables y en lugares cerrados.

Golpe de calor

Son las otras “olas” protagonistas del verano, ya viejas conocidas por todos, las olas de calor. Y aunque aparecen en casi todas las conversaciones con vecinos y conocidos, no siempre tenemos tan claro como nos creemos cuáles son las claves para que no se conviertan en un peligro para nuestra salud. 

Porque una cosa es tener calor, y otra que el aumento excesivo de la temperatura dentro del cuerpo pueda afectar al funcionamiento de los órganos vitales, lo que se conoce como golpe de calor. Y aunque hay que proteger especialmente a niños y mayores, cualquiera puede verse afectado si no se toman las medida y precauciones necesarias.

La hidratación… la clave. Y ojo que por mucho que nos guste y nos ”refresque” una cerveza bien fría,  las bebidas alcohólicas pueden contribuir a la deshidratación del cuerpo. Así que el agua es nuestra mejor compañera, y si quieres un poco de sabor puedes añadirle algunas rodajas de fruta, todo serán ventajas para tu organismo.

En cuanto a la vestimenta, más que el largo de nuestros “shorts” importa el tejido de las prendas, para que la piel pueda estar cubierta en las horas de máxima exposición al sol pero se favorezca la transpiración, ya que es el mecanismo principal de refrigeración del cuerpo.

Y de verdad, por mucho que estés cerca de la playa o la piscina, si puedes intenta evitar salir en las horas de más calor, el bañito te sentará igual de bien, o más, a primeras horas de la mañana o a partir de media tarde.

Quemaduras en la playa

Ya te contamos todos los secretos para evitarlas en nuestro anterior artículo del blog, (https://canaldefarmacia.es/blog/post/3/cuida-tu-piel-bajo-el-sol) pero si te lo perdiste (o no hiciste caso) y te has quemado, todavía estás a tiempo de intentar minimizar los daños en tu piel.

Lo primero, y fundamental, es que cubras las zonas afectadas y evites a toda costa volver a exponerlas al sol. Lo segundo, una vez más, el factor hidratación, procura tomar bastante líquido y aplicar productos específicos para tratar la irritación después del sol. Además, es muy recomendable que refresques la piel y mantengas controlada su temperatura, con toallas húmedas o baños fríos (no apliques directamente el chorro de agua fría ni tampoco hielos).

Y si aparecen ampollas, procura no tocarlas ni abrirlas para evitar el riesgo de infección, aplica un producto específico y estate atento a la aparición de otros síntomas como fiebre o confusión, ¡y no dudes en consultar con tu médico!

Picaduras 

Otro de los clásicos del verano… con el calor y la piel descubierta, nos convertimos en “carne de picadura”. Pero claro está, no es lo mismo que el “autor” sea un mosquito, que una abeja, u otro insecto. 

En la mayoría de las picaduras de mosquitos, las consecuencias son leves, aunque molestas, porque el picor puede asediarnos, especialmente de noche. Y ya sabemos la fórmula infalible, e imposible ¡no te rasques! Porque aunque puedes encontrar alivio momentáneo, la zona se irritará aún más y puedes provocar otra lesión peor en la piel. Mejor aplicar un producto específico para calmar el picor.

Y ¿qué pasa si se trata de una picadura de avispa o abeja?  El primer paso será extraer el aguijón o cualquier otro cuerpo que el insecto pudiera dejar en la piel tras la picadura (en caso de las abejas, las avispas no suelen). Después lavamos la zona con agua y jabón neutro para evitar posibles complicaciones relacionadas con la infección, y vamos tratando la hinchazón con la aplicación de compresas frías o con una crema con hidrocortisona o calamina. En el peor de los casos, puede que la víctima de nuestra amiga “Maya” sea alérgico, en ese caso mejor acudir al Centro de Salud más cercano para que el personal médico pueda ir controlando la reacción, y mejor si se lleva siempre a mano la medicación que se haya estipulado.

Y por último, las más temidas por muchos… las picaduras de medusa. Porque en el mejor momento del baño refrescante… ¡zas! Latigazo en la piel. Que no cunda el pánico, aunque la experiencia puede ser algo abrumadora, no tiene por qué dar muchas complicaciones si se trata de la forma adecuada.

Lo primero que hay que hacer es limpiar la zona afectada, mejor con suelo fisiológico o agua salada. No se recomienda usar agua dulce porque podría romper las células urticantes y generar más picaduras. Si hay algún resto de tentáculo adherido, mejor retirarlo, pero nunca con las manos Además se recomienda aplicar frío en la zona afectada, si lo que tenemos más a mano es hielo, cubrirlo siempre con un paño o toalla. No hay que frotarse ni con toallas, ni con arena, ni con nada que pueda dañar la zona irritada. También se puede administrar un antihistamínico, para frenar la reacción alérgica, y un analgésico para el dolor.. Si el dolor es muy intenso o se nota algún otro síntoma, mejor buscar atención médica. 

Y si tienes cualquier duda, antes de aplicar cualquier producto o remedio específico, consulta con nosotros, tu farmacia online de confianza, disponible para ti de 9h a 21h en el 91 888 40 31, o a través de email en info[at]canaldefarmacia.es  

Ahora te toca a ti, ¿qué es eso que nunca pasa pero te ha pasado en vacaciones?

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