Hidratación en verano: piel, cuerpo y cabello

Durante los meses de calor, nuestro cuerpo pierde más agua de lo habitual por el sudor, la exposición solar y la deshidratación ambiental. La piel puede volverse tirante, apagada o irritada, y el cabello quebradizo, opaco y sin vida. Para evitar estos efectos y mantener una imagen saludable y fresca, es fundamental adoptar una rutina de hidratación facial, corporal y capilar adecuada.

Hidratación facial: protege tu barrera cutánea

La piel del rostro es especialmente vulnerable a los cambios térmicos, los rayos UV y la deshidratación. Una buena crema hidratante con activos como ácido hialurónico, aloe vera, niacinamida o glicerina ayuda a mantener la barrera hidrolipídica y prevenir el envejecimiento prematuro.

Recomendaciones:

• Opta por texturas ligeras (gel-crema o fluido) para pieles mixtas o grasas.

• Utiliza productos que combinen hidratación con protección solar.

• Aplica el hidratante sobre la piel ligeramente húmeda para mejorar la absorción.

Hidratación corporal: después del sol, calma y nutre

Tras la exposición al sol o la ducha, la piel del cuerpo pierde lípidos esenciales que la mantienen suave y protegida. Por eso, el uso de leches hidratantes, aceites secos o emulsiones calmantes ayuda a restaurar la elasticidad y evitar la descamación.

Ingredientes clave:

• Pantenol, caléndula, aceite de almendras dulces y karité.

• Evita fórmulas con alcohol si tienes piel sensible o seca.

Hidratación capilar: protege del sol, el cloro y la sal

El cabello también sufre en verano. La sal marina, el cloro de las piscinas y la radiación solar dañan la cutícula capilar, lo que provoca deshidratación, puntas abiertas y pérdida de color.

Consejos prácticos:

• Usa mascarillas o acondicionadores hidratantes al menos 2 veces por semana.

• Aplica protectores capilares antes de exponerte al sol.

• Si tienes el cabello teñido, elige productos específicos para proteger el color.

Conclusión: Hidratación, clave de salud y belleza en verano

No esperes a que tu piel pique o tu cabello se dañe. Prevenir la deshidratación con productos adecuados es sencillo, efectivo y visible desde los primeros días. Asegúrate de incluir una buena hidratación en tu rutina diaria y potencia su efecto bebiendo agua, comiendo frutas frescas y evitando exposiciones prolongadas al sol.