Descanso… divino tesoro.

Descanso… divino tesoro.

Cuéntanos, ¿Cuántas veces has dicho estoy cansado o necesito descansar en las últimas semanas?, ¿y en los últimos años…? ¿O quizá eres de los que ya ha declarado su estado civil: cansado?

Bromas aparte, el cansancio o la fatiga se ha convertido en uno de los males crónicos de la sociedad actual, a pesar de todas las comodidades, lugares especiales y “soluciones mágicas” que nos hemos ido inventando para solventarlo.

Pero ojo, que no deberíamos acostumbrarnos, ya que la factura en nuestra salud puede resultar realmente cara. Porque, aunque hay etapas en las que la vida nos pide un extra de actividad o esfuerzo para conseguir un objetivo, el cansancio no tiene por qué convertirse en un invitado permanente en el día a día, si vamos revisando nuestros hábitos para asegurarnos de que le damos el espacio y la atención que se merece. Y es que sea cuál sea nuestro ritmo de vida, siempre podemos convertir la vitalidad en rutina. ¿Quieres saber algunas claves? ¡Vamos allá!

Demasiado simpáticos

No nos malinterpretes… no estamos hablando de que la amabilidad o la empatía sean los culpables de que nos sintamos eternamente cansados (siempre que no derrochemos nuestra energía por agradar a los demás, pero ese es otro tema). Nos referimos al sistema nervioso simpático (encargado de activar el cuerpo) y parasimpático (responsable de relajar y devolver a un estado natural el organismo). Estos sistemas trabajan juntos para garantizar que el cuerpo responda adecuadamente a las diferentes situaciones y tienen una influencia directa en la mayoría de nuestros órganos, así que es muy importante mantener el equilibrio entre ambos.

El ritmo de vida acelerado, la cultura de lo inmediato, la multitarea, la sobreexposición a estímulos sensoriales, hacen que tengamos un estado de alerta constante, del que a veces no somos del todo conscientes. Por lo que el sistema nervioso simpático se ve sobre estimulado, y parece natural que el parasimpático (encargado de la digestión y el descanso, entre otras funciones) nos recuerde que no está pudiendo realizar su función de forma equilibrada y que se manifieste en forma de cansancio, también constante.

¿Y qué podemos hacer para mantener el equilibrio? En primer lugar, prestar atención (además de a la pantalla) al cuerpo y sus señales. Porque la respiración, la circulación, la tensión muscular especialmente en la mandíbula) pueden estar avisándonos de que nuestro organismo no está pudiendo entrar en modo reposo, aunque estemos en tiempo de descanso. Y he aquí otra máxima…

Cantidad vs calidad

Mucho te puedes empeñar en ampliar las horas de sueño para cumplir con las famosas 8h pero… ¿le has preguntado a tu cuerpo si es eso lo que necesita? En primer lugar, dormir es un placer cuando estamos a gusto; pero sabemos que dar vueltas en la cama durante más de 1h o despertarse tropecientas a lo largo de la noche, no favorece en absoluto el que nos sintamos despejados y con energía. Por eso, es muy importante establecer una rutina del sueño realista y adaptada a tus ciclos y necesidades, atendiendo siempre a la fase previa, es decir a aquellas actividades que eliges hacer en las últimas horas del día y antes de acostarte, ya que son otra de las claves que más influyen en la calidad del sueño.

Además, nuestro organismo necesita descansar también cuando estamos despiertos, porque descanso y sueño van de la mano, pero no son sinónimos. A lo largo del día, el organismo necesita encontrar espacios en los que resetear la energía, y eso no ocurre solo porque nos sentemos, nos levantemos, cerremos los ojos o hagamos ejercicio (depende del caso), sino que es un proceso en el que la mente debe estar totalmente implicada, porque si no seguirá “enchufada” a la actividad, rumiando procesos y tareas pendientes, y por tanto el organismo entenderá que no puede descansar, por mucho que nos empeñemos. ¿Y entonces cómo lo hacemos? Vamos a por la última clave.

Desconectar para conectar

Y no te vamos a engañar, porque ya lo sabes, esto es lo más difícil. El famoso estrés, la carga mental, y el déficit de atención pueden convertirse en un estado permanente que, además, hace que aprovechemos peor el tiempo y que seamos menos eficiente a la hora de gestionar tareas. Pero da igual que lo sepamos, es inevitable, la mente va por libre… ¿o no? A estas alturas es imposible que no hayamos oído hablar, o hayamos probado alguna disciplina como el yoga, meditación o mindfulness que se basan precisamente en esta premisa: “desconectar” de los procesos en piloto automático de nuestra mente para poder conectar con el momento presente, con el aquí y ahora, con la atención plena. Los más afortunados, son capaces de conseguir hacer esto mismo sin necesidad de ningún curso, con un paseo o ejercicio suave, escuchando música o leyendo un libro.

Quizá lo único realmente importante para conseguirlo es ser consciente de que el descanso es tanto o más importante que esas cien tareas pendientes, ya que es uno de los grandes pilares en los que se apoya nuestra salud.! Y, si sientes que necesitas algún aliado para favorecer que el descanso tenga el lugar que merece en tu vida, recuerda que hay un amplio abanico de soluciones en forma de infusiones, complementos alimenticios y medicamentos específicos.

Y si necesitas asesoramiento no dudes en consultar con tu médico y recuerda que aquí tienes tu farmacia online de confianza,

¡contacta con nosotros!

91 888 40 31 (de 9h a 21h) / INFO[AT]CANALDEFARMACIA.ES

https://canaldefarmacia.es/200-descanso

https://canaldefarmacia.es/medicamentos/130-medicamentos?q=Categor%C3%ADas- Trastornos+del+sue%C3%B1o

Post comments